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04 Abril 2023

LA INSPIRACIóN VIENE DE CUALQUIER ESPECIE

Por: Manuel Paz Batista

Ayer tarde buscaba algo inspirador en las redes sociales para empezar mis ingescricturas (en otro momento explico porqué este título), y me encontré con tanta basura y tanto odio que, de inmediato, busqué el significado de “red social” en la misma red. Casi me caigo de espaldas cuando se la define como una página web en la que los internautas intercambian información personal y contenidos multimedia de modo que crean una comunidad de amigos virtual e interactiva. ¿Amigos? ¿Nos tratamos así de mal los amigos? ¿Odiamos así a nuestros amigos? ¿Les deseamos tanto mal a nuestros amigos? Obviamente no, y obviamente esta red está siendo mal utilizada.


Es muy probable también que este fenómeno nos haya puesto a merced de las famosas “fakes news” que nos desinforman y que nos encolerizan, pero también es cierto que nos informamos mucho más que antes y desconfiamos mucho más que antes. Ya no hay respeto, ya no hay tolerancia, ya no hay solidaridad. Si yo leyera estas misma líneas hace treinta años, les aseguro que diría que las escribió mi papá; les aseguro también que mis hijos escribirán lo mismo en treinta años más y sus hijos harán lo mismo en sesenta años más, porque es el ciclo de la vida y de la sociedad. Pero así mismo como todas las sociedades caen y se levantan, es obligatorio y prioritario reflexionar hacia donde nos lleva la vida que estamos escogiendo vivir. Si buscamos cierta analogía con la naturaleza y su manera de subsistir, podemos claramente concluir que no son nuestros gobernantes los extirpadores de nuestros problemas (aunque podemos castigarles para hacerles ver que lo están haciendo mal y no somos ningunos tontos); la naturaleza ha estado allí mucho antes que nosotros y sobrevivirá luego de nuestra extinción, inclusive muchas especies que nos rodean lo harán. ¿Por qué? Porque han aprendido a convivir con armonía, confianza y respeto, pero sobretodo, adaptándose a su entorno.


En el marco de esa convivencia y esa falta de sensibilidad, recuerdo una historia que escribí algún tiempo atrás. Hace algunos años existió en Las Tablas un perrito regordete llamado Bendito, con pelaje atigrado y sin dueño. Nadie supo cuando llegó y puede ser que su historia no sea exactamente como me la contaron, pero su comportamiento fue ejemplo para muchos. Los dejo con este relato y la siguiente reflexión: Si Bendito, diariamente, nos daba una lección de vida, simple y verdadera, ¿sería saludable para nosotros preocuparnos por cosas tan efímeras como el fenómeno social?...


BENDITO


Cuentan las auxiliares del Hospital Gerardino de León de Las Tablas que hace un par de años llegó un señor mayor, muy enfermo; no tenía familiares que respondieran por él, ni medios para sustentar su estancia en el centro médico, pero su situación era tan delicada que los encargados decidieron atenderlo los pocos días que le quedaban de vida. Al mismo tiempo, apareció en las afueras del mismo hospital, con mucha hambre, un perrito de cuerpo pequeño, color marrón con rayas negras, patas y la punta de la cola blanca, la cual se movía cual lucero fugaz en una noche estrellada. Esta gracia le gustó a la “Miss” de turno y nuestro amigo se hizo merecedor de algunas sobras que devoró al instante. Ese día, desapareció como había llegado, pero al día siguiente, volvió a pararse en la puerta de entrada. Así mismo lo hizo al siguiente día, y el siguiente; por una semana, el regordete can visitó el hospital a la misma hora y recibía su merienda, incluso un interno le compró su platito para su agua y comida, otro le patrocinó sus vacunas y otro le compró un modesto collar. Nadie lo asoció al anciano enfermo, sin embargo el día que este murió, los internos y auxiliares recogieron algún dinero para sus honras fúnebres y cuando se trasladó el cuerpo del anciano a la iglesia, el perrito acompañó al cortejo hacia el templo. Y allí esperó, en la entrada, hasta que la misa de cuerpo presente terminara. Sólo algunas personas acompañaron al féretro hasta el cementerio, y nuestro querido amigo de cuatro patas hizo todo el recorrido y se quedó inmóvil toda la ceremonia de sepultura. Allí las autoridades municipales habían abierto una de aquellas moradas designadas para personas de pocos recursos, como en este caso, y los impuestos serían pagados sólo por un tiempo; ya sabemos lo que pasa después.


La noticia corrió como pólvora por el pueblo. Muchos llegaron a pensar lo obvio: el perrito pertenecía al anciano, y le acompañó en su condición hasta su última morada. Ya hemos escuchado de casos similares, pero lo que convirtió a “Bendito”, como le llamaron todos, en un perro ejemplar fue su comportamiento a partir de ese día: Llegaba a la hora acostumbrada al hospital, recibía sus alimentos, luego recorría el pueblo volteando cada vez que alguien le saludaba; los niños lo incluían en sus juegos, pero cuando llegaba el atardecer, y la campanas de la Iglesia de Santa Librada tocaban “primero”, se dirigía al templo, se colocaba en la puerta de entrada y escuchaba toda la misa. Al caer la noche, se retiraba por la calle del cementerio y se perdía en las sombras. Algunos dicen que dormía junto a la tumba de su amo, pero nunca nadie lo vio. A nadie le gusta ir al cementerio de noche para comprobarlo, decían.
Varios años con esa misma rutina, la cual rompía solamente cuando había alguna fiesta patronal, reinado o tuna, pues como todo tableño, era amante del jolgorio y corretear detrás de “cuetes” y voladores. Pero siempre dedicaba un tiempo para su misa de las seis de la tarde, o la de las nueve de la mañana, o ambas.


Ya no está. Sin cuidado, al cruzar una calle, fue sorprendido por un auto y no pudo hacerse mucho. Ese triste atardecer, como es usual en los alrededores de mi pueblo, los árboles, tejados y caminos se tiñeron de arrebol. En el patio trasero de la casa de la “Miss”, unos visitantes inusuales con sus uniformes blancos esperaban cabizbajos por alguien que les trajera alguna buena noticia. Instantes después, la “Miss” se les unió, cargando un pequeño bulto, envuelto en sábanas blancas: era Bendito. Fue depositado con cuidado en un agujero poco profundo y se marcó el lugar con una improvisada cruz.
No sabemos si la historia con su dueño es cierta y tal vez nunca lo sabremos, pero es bonito pensar que hasta en nuestra soledad, siempre tendremos a alguien que nos acompañe. Aunque esa pequeña cruz en el patio trasero un día se caiga y ya no recuerden qué representaba, Bendito siempre será Bendito.


PUBLICADO EL 6 DE ABRIL DE 2023.


Sobre Manuel Paz Batista

Ingeniero Civil de profesión. Inicia como actor en el año 2001 con la comedia Julia la mentirosa para ABA Producciones Artísticas. En el 2002 escribe su primera obra de teatro infantil, La princesa y la estrella, renombrada luego como El regalo prometido. Ha participado como actor, tanto en teatro como en televisión, en más de 50 proyectos y ha escrito alrededor de 50 textos para teatro. Ha tomado talleres con José Sanchis Sinisterra (ES), Jorge Arroyo (CR), Edgar Soberón Torchia (PA), Diego Aramburo (BO) y Antonio Rojano (ES). Fue representante de Panamá en la sección de dramaturgia para Proyecto Carromato en el 2006 y en el 2018 para Iberescena. Ganador del Premio Escena por "Mejor Obra de Teatro Adaptada" en varias ocasiones. Ganador en el 2017 del Premio Ricardo Miró en la Sección Teatro con su obra Autopsia psicológica. Fue invitado a participar en el primer volumen de Cuadernos de Dramaturgia Centroamericana, representando a Panamá con su obra 1989 noches oscuras, y recientemente acaba de ganar la oportunidad de montar su obra Grande en Bogotá, Colombia, en 2022. Su cortometraje Pa eso estamos ha sido seleccionado en varios festivales internacionales, logrando varios premios y su 1989 Noches oscuras ha sido montada recientemente en Tel Aviv, Israel en mayo de 2023. Es el profesor de Teatro de varios colegios de la ciudad de Panamá y es miembro de la Academia Panameña de Literatura Infantil con quienes ha publicado su cuento Destronconando al duende, antologado en el libro Cuentos y leyendas panameñas, (2022). Actualmente promociona su "Fitness dramatúrgico para ejercitar las ideas", un taller orientado a todo aquel que quiera empezar a escribir.